EMPEZANDO POR LA NECESARIA INTRODUCCIÓN

Como persona joven que soy, me gusta la noche, la fiesta, el desfase, los alcoholes, las mujeres, los alcoholes, las mujeres, etc... Y de tantas y tantas noches que se dan, he llegado a la conclusión de que las fiestas se pueden analizar como otro elemento más de la vida social. Pueden ser clasificadas, ordenadas, evaluadas... y aunque suene friki, inútil y fuera de lugar, es lo que me dispongo a hacer en este efímero ensayo sobre ese mal afamado arte que es el salir de fiesta.

Mal afamado porque no se reconoce el mérito que tiene estar ahí dándolo todo viernes tras viernes, sábado tras sábado y algunos jueves. Y claro, en verano, jueves tras jueves, viernes tras viernes, sábado tras sábado, algunos miércoles, ciertos domingos y contados martes y lunes. Pues voy a hacer que este mérito se reconozca por su dificultad, su inocuidad y, ante todo, su utilidad para la sociedad.

Pero antes de llegar a tal punto tenemos que empezar por el principio. Y para empezar por el principio hay que determinar donde está el principio de una fiesta. Se puede subdividir el periodo erótico-festivo unitario (es decir, correspondiente a una noche o un día, o una noche y un día), en 3 fases bien diferenciadas, si bien no siempre se dan todas y en ocasiones se pueden juntar, pero siempre que se dan siguen el mismo orden en lo que viene siendo una tarde-noche-madrugada de fiesta completa. Aquí las numero y en el siguiente capítulo las explicaré una por una con sus variantes y opciones.

  1. Previa.
  2. Fiesta (etapa lúcida o relativamente consciente)
  3. Desfase (etapa borrosa)

LAS TRES FASES DE UNA TARDE-NOCHE-MADRUGADA DE FIESTA COMPLETA - I

La previa

¿A qué llamamos previa? ¿En qué momento empieza y cuándo sabemos que hemos pasado a la siguiente fase de la noche? ¿Cómo la distinguimos, qué tiene de diferente con respecto a las dos próximas fases? Para empezar introduciremos una definición básica, aunque no universal, pues el concepto de previa no está todo lo acuñado que debiera, y a veces se confunde su significado con el de otros términos, como el de prólogo, a comentar en el siguiente capítulo. Grosso modo podemos definir previa como la fase de la tarde-noche-madrugada correspondiente generalmente a la tarde-noche que comienza con una intoxicación etílica nula y termina con un nivel positivo de alcoholismo.

Hace referencia a la etapa en la que caen las primeras birras, los primeros cubatas y las correspondientes mangas empiezan a hacerse notar. Puede presentarse en diversas formas y lugares, bien como botellón en una plaza o con enormes y repetidas pintas en un bar (pongamos... el West). He aquí una clasificación de los distintos tipos de previa.

Previa-botellón: Puede ser en la mencionada plaza, bien en un parque o en un banco cualquiera. Normalmente se hace en un lugar relativamente cercano a la zona de fiesta en cuestión, o al menos no separado de ésta por un trayecto cuya duración sea superior al tiempo requerido para el bajón del pedo (referencia a “Tipología de la borrachera”, B.Yeltsin).

Existe una variante dentro de la previa-botellón, denominada PLV, Previa en Lugar de Verbena (si bien el término verbena ha perdido hoy en día su uso, se sigue utilizando dentro de esta expresión). Ocurre, como su propio nombre sugiere, cuando se realiza a pocos metros de la zona festiva en cuestión. No debe confundirse con la previa total (lat. Previus totalus), que se da cuando la previa es la propia fiesta, como en el caso de la champanada de Sarriko, o los archimencionados macrobotellones.

Previa en bar: Para este tipo de previas se suele acudir a bares tipificados como de trancas (del cast. Tranquilidad), o también conocidos como de cañas. Lo que identifica a estos bares frente a los pubs festivos o erótico-festivos es generalmente la presencia de mesas sobre las que depositar las bebidas y el relativamente reducido volumen de la música. Esta previa es lógicamente más cara que la previa-botellón, pero se compensa con la calidad de la bebida, la comodidad de los asientos, la música y, generalmente, la presencia de objetivos desconocidos con los que cruzar las miradas.

Previa de bares o poteo: A diferencia de la anterior, esta modalidad no requiere de una mesa para poder llevarse a cabo, basta con la barra o, sencillamente, el equilibrio personal. No es recomendable sentarse porque probablemente la consumición será de una o, como mucho dos rondas, en cada bar. Es aconsejable para grandes noches, ya que el constante cambio de ambiente va despertando las ganas de fiesta (en un servidor, al menos, así es)

Previa personal: Ésta, a diferencia de las otras, no es excluyente, pues suele darse, cuando se da, antes de la previa colectiva. La constituyen las dos ó tres cervecitas (ó 4 ó 5) que uno se toma en casa mientras se afeita, se viste, se prepara y/o charla por el messenger. En ocasiones especiales se puede sustituír la cerveza por una copita de vino o de whisky, pero no es recomendable para empezar.

Previa de celebración: En ocasiones contadas como cumpleaños, bodas o días erótico-festivos, este tipo de previa viene siempre acompañada por un banquete opulento, por lo que el alcohol va siendo mejor asimilado por el cuerpo.

Generalmente y excepto la ya mencionada previa personal, estas clases de previas son excluyentes. Sin embargo existen días erótico-festivos especiales, especialmente uno muy concreto, que permiten la combinación aditiva de varias previas: nochevieja. Se recomienda en este día empezar con una previa de bares sobre las 6 u 7 de la tarde (en este caso es preferible realizar la ronda en el exterior de los bares, ya que el ambiente en la calle, pese a la época del año, es casi más caluroso que dentro de los locales). Posteriormente se realizará la previa de celebración, generalmente con la familia, de 10 a 1 ó 2 de la madrugada, aproximadamente, para dar pie a la previa-botellón ya de nuevo con los amigos, camino a la zona de fiesta escogida (se recomienda en este punto, como aportación personal al mundo de las previas, llevar embotellada una combinación de champagne y helado de limón conocido generalmente como sorbete).

Como veis, el tema de las previas es muy amplio y daría para escribir una tesis doctoral, pero en este escueto ensayo cuyo tema es más general que el de las previas es preferible pasar de página y dirigirnos hacia la siguiente etapa de la noche. Sólo decir, como último comentario en este apartado, que el lector de este ensayo es libre para decidir cómo combinar las previas entre sí, o cuáles realizar o suprimir, acortar o alargar... las posiblidades son infinitas, el mundo de las previas da mucho juego.

LAS TRES FASES DE UNA TARDE-NOCHE-MADRUGADA DE FIESTA COMPLETA - II

Fiesta propiamente dicha

Como se intuye por el comentario de la introducción, esta etapa se caracteriza por ser, generalmente, la última fase de la tarde-noche-madrugada en la que vamos a disponer de cierta lucidez o a tener un mínimo de consciencia de lo que sucede a nuestro alrededor. Dicho en términos más concisos, esta etapa terminará cuando dejemos de ser personas.

La pregunta inevitable que ahora se presenta es: ¿cuándo deja uno de ser persona? Por desgracia nunca nadie ha podido contestar a esta pregunta sino por una observación externa de la noche, pero jamás por experiencia propia. Y esto es sencillamente porque en el momento en el que dejamos de ser personas olvidamos nuestra faceta racional y perdemos consciencia, y por tanto recuerdos, de lo que hacemos, decimos y provocamos. Por supuesto, en esta fase también tiene importancia la alcoholización, que continúa subiendo exponencialmente hasta llegar a la ‘barrera 0’, momento en el que entramos en la siguiente etapa. Aún estamos en la fiesta consciente, esa parte de la noche donde empezamos a valorar sensaciones y fijar objetivos. Donde empezamos a vislumbrar borrosamente hasta que punto llegará nuestro pedo. Aquí es donde se meten fichas con relativa probabilidad de éxito, por aquello de que conservamos un mínimo de coherencia.

Dependiendo de diversos factores, hay muchas posibles variaciones en la fase fiesta. En realidad es evidente que las posibilidades son infinitas ya que no hay dos noches iguales, pero grosso modo vamos a dividirlas según una categoría determinada.

El factor principal para la clasificación es el contexto en el que nos movemos. No es lo mismo una fiesta en una casa que ir de fiesta por bares, una discoteca, una fiesta al aire libre... las opciones son varias. Las principales categorías son las siguientes:

De bares: Es sin duda la modalidad más repetida, la que ocupa los fines de semana de otoño, invierno y primavera. Es el plan standard. Se conoce generalmente como ‘plan de siempre’ o, simplemente, ‘lo de siempre’. Aquí se pueden tomar dos posiciones. Salir a la aventura a lo que pase y dejarlo correr, yendo de bar en bar sin un plan previo, o la llamada ‘ruta habitual’, que consiste en planificar una ruta por bares, normalmente organizada por proximidad, que se repetirá jueves tras jueves, viernes tras viernes y sábado tras sábado, salvo contadas excepciones. Como recomendación personal, opto por la primera posición, el plan improvisado, que siempre genera mayor satisfacción por no tener unas claras espectativas previas.

Fiesta en bar o discoteca: Aquí se abarcan todo tipo de fiestas organizadas con entrada o invitación previa, como indica el propio nombre, tanto en discos como en bares. La principal ventaja es que generalmente el sitio está abierto hasta altas horas de la madrugada, pero cuenta, generalmente, con el enorme inconveniente de un aislamiento del local que impide cambiar de bar en caso de aburrimiento. Y aunque no haya tal aislamiento, siempre quedará la congoja de abandonar la discoteca tras haber abonado la entrada. Existen diversas razones que pueden provocar la ‘huída’ del sitio en cuestión: mal ambiente, mala música... pero sin duda la que más se da es la conocida como ‘nido de pollas’, que consiste en una proporción desmesurada de penes en relación al total de asistentes, con la consecuente escasez de tetas. Además, en estos casos, las pocas chicas que hay, suelen quedar inaccesibles por existir un campo de fuerza humano alrededor de ellas. Hay que conseguir, para no malograr todas las opciones de triunfar esa noche, formar parte de la susodicha barrera humana.

Fiestas al aire libre: La mención a este tipo de fiestas la haremos escasa puesto que nos estamos refiriendo a la anteriormente mencionada previus totalus, donde entran los macrobotellones o las champanadas, tanto nocturnas como diurnas. Otras situaciones que entran en este campo sin ser explícitamente previas, son algunas fiestas anuales concretas, como el Iblilaldi, o los San Fermines, aunque en este segundo caso se combina con la fiesta ‘de bares’.

Fiestas en txosnas (veraniegas): Estas también son fiestas al aire libre, pero cuentan con la principal diferencia de un elemento fundamental, integrado en el propio término: las txosnas. Son básicamente barras, pero están al aire libre y tienes muchas para elegir, con las consecuentes variaciones de precio (que realmente suelen ser muy escuetas, si las hay) y calidad (idem). La principal ventaja de esta modalidad es la relativa pureza del aire que respiramos a lo largo de la noche, al no estar concentrados, en un espacio cerrado, todos los alcohólicos alientos de decenas de borrachos, que hacen que cambie notablemente la composición del aire: pasando en algunos casos, de un 78% de nitrógeno, 21% de oxígeno y un 1% de vapor de agua, ozono, dióxido de carbono, hidrógeno y gases nobles, a un 7,8% de nitrógeno, un 2,1% de oxígeno, un 0,1% de vapor de agua, ozono, dióxido de carbono, hidrógeno y gases nobles, y un porcentaje que no me apetece calcular (el resto hasta el 100%) de vodka, tequila, ron, wisky, cerveza, china, maría e incluso farlopa. De ahí que saliendo de fiesta a bares en algunas ocasiones no es necesario gastarse un céntimo para colocarse.

Estas mismas fiestas veraniegas, a parte de las txosnas, cuentan con conciertos (conocidos, poco conocidos, o abucheados), con sus respectivos escenarios. Los conciertos se hacen durante la etapa de lucidez (la fiesta propiamente dicha), aunque en dos casos suelen durar hasta más tarde, lo que posibilita un fenómeno que está comenzando a popularizarse: el ‘escenarying’. Estos casos son los conciertos de música electrónica, donde el DJ no necesita más que una pequeña parte del escenario, o cuando habiendo terminado la sucesión de conciertos, colocan los amplis en el escenario y ponen música (generalmente pachanguera) durante varias horas. Dicha práctica, como muchos habréis deducido, consiste en subir al escenario delante de todo el mundo y empezar a romperse sin pensarlo. Pero generalmente esto se da en la etapa del ‘desfase’, comentada en el siguiente capítulo, para lo que habrá un apartado especial.

Fiesta en particular: Al más puro estilo americano, estas fiestas se organizan en chalets privados de algún amigo, del hermano de un amigo, del amigo de un hermano, del amigo de un amigo, del hermano de un hermano, etc... También es posible más profundidad de relación: el amigo del amigo de un hermano, el amigo del amigo de un amigo, etc... O combinando géneros: el hermano de un amigo, la amiga de una hermana de la Caridad, (Caridad la puta sí), etc...

Aunque bueno, en realidad la relación que se tenga con el dueño o dueña de la casa es poco más que indiferente, el caso es estar de fiesta en un jardín (con barra libre generalmente), rodeado de gente con la que sabes que tienes una conexión, mínimo, de 4º o 5º grado, lo cual siempre es un tema de conversación pa abrir hielo (lo comento para los que no les baste con la dureza de su cabeza para abrir el hielo).

Una ventaja a tener en cuenta es que es una casa y, como tal hay dormitorios (todo dependerá de la generosidad del anfitrión o de nuestra habilidad para colarnos sin ser vistos). Es una modalidad muy extendida sobre todo por zonas pijas como Neguri, aunque es difícil saber con exactitud cuando la negurítica o negurítico de turno tendrá la ocasión de contar con la casa vacía. Sin embargo en cuanto sucede dicha ocasión todas las alarmas del entorno del anfitrión o anfitriona empiezan a sonar: “Ey hay que montar una fiesta”, “entonces el próximo finde fiestón, ¿no?”, “hay que comprar las litradas”, “¿barra libre y cobramos entrada?”, “Tío di algo, ¿fiesta o qué?”, “¡¡¡¡¡Fiesta fiesta fiesta fiesta fiesta fiesta fiesta fiesta fiesta fiesta fiesta fiesta!!!!!”. Alarmas que se apagan con una buena paliza o cediendo a las peticiones.

Por lo tanto yo convoco a quien quiera que vaya a tener su chalet libre próximamente lo comunique inmediatamente para empezar a organizar el bacanal.

Fiesta especial: Este apartado se refiere a días o fines de semana prefechados durante el año en los que va a haber fiesta aunque se trate de la víspera del juicio final... bien pensado... especialmente si se trata de la víspera del juicio final. Estas fechas, contadas, son:

Carnavales: Día para apalear sin compasión a todos aquellos que no sean capaces de ‘indignarse’ a llevar disfraz, como todo el mundo.

San Juan: No podría tener mejor situación en el calendario este día, ya que casi siempre coincide con el final de las clases, salvo excepciones. Y, si no, uno siempre puede tomarse la licencia de ‘exceptuar’ ese examen de su planning.

Paellas: [[No hay recuerdos]]

Fiesta del Pijama (Puerto viejo): Las chicas en pijama y los chicos en camisón, no para ir a la cama, sino que lo manda la tradición.

Halloween: Grandísima noche conocida en mi argot personal como ‘Noche de Burbujas’, no precisamente de Freixenet.

Nochevieja: El día D. No necesita más descripción. Esperemos que esta próxima no tenga tan fatales consecuencias como la 2006/07.